jueves, 9 de octubre de 2008
Cristo renueva el matrimonio
A. ¿CUÁL ES LA REALIDAD DEL MATRIMONIO HOY EN NUESTRA IGLESIA CATÓLICA?
R= Nosotros constatamos (¡y nos inquieta!) la crisis que sufren muchos matrimonios y que se evidencia en:
1. Matrimonios divididos (o falsamente unidos) por motivos económicos:
* Conflictos familiares a causa del dinero.
* El que gana más, manda más. (Matrimonios de bolsillo)
* Hay fuerte exigencia social y laboral por aparentar tener más.
* Hombres y mujeres trabajan y dejan a sus hijos descuidados.
2. Hay lucha de poderes en el interior del hogar: todos quieren mandar.
3. Malos ejemplos matrimoniales en los medios de comunicación y en la sociedad. Además, los hijos reciben malos ejemplos de sus propios padres.
4. Aumento de uniones libres por parte de los mismos católicos, es decir, jóvenes bautizados que luego se independizan de sus hogares y se van a vivir en unión libre momentánea o permanentemente.
5. El sacramento del matrimonio NO se toma en serio, pues la pareja y sus familiares se fijan principalmente en cosas externas como el vestido, la fiesta, los padrinos, los regalos y se escogen capillas bonitas para casarse y no lo hacen en la parroquia a la que pertenecen, es decir, no lo hacen en comunidad.
6. Pocas veces Cristo está presente en la vida matrimonial.
7. No se busca imitar el ejemplo de matrimonios santos.
8. Dentro del hogar (dentro de los corazones) reina el egoísmo, la falta e compasión, el aislamiento, la irresponsabilidad, la recarga de las responsabilidades en una sola persona, la falta de colaboración, los gritos, las malas caras, la falta de sinceridad y de expresar lo que se siente, el culpar a los demás de lo que pasa, el desinterés por solucionar los conflictos, etc.
2 TIMOTEO 3, 1 a 5.
B.1. Causas de esta situación.
Los aspectos enumeramos anteriormente están causados por:
1. Estar desligados de Dios, es decir, no sentirnos amados por Él y buscar el amor en donde no está. (conformarse con el amor falso, limitado y egoísta).
Génesis 3.
2. Demasiada pre-ocupación por las cosas externas como el dinero.
* El dinero es uno de los ídolos que la pareja tiene en el corazón.
* Hay debilidad por el poder, por el autoritarismo, por la opresión: como no se puede acceder al poder social o económico, todos quieren mandar, al menos en la casa.
* Influencias sociales mundanas, en lugar de recibir la influencia del amor de Cristo.
* Se reemplaza el amor y el cariño a los hijos por el amor al dinero, a las comodidades y a los objetos, es decir, al niño, al hijo no se le da cariño sino solo juguetes y estudio.
3. En vez de educar y dar ejemplo, muchos padres “mandan”. Eso está causado porque a su vez ellos fueron maltratados y oprimidos cuando pequeños (y aún en el trabajo y a nivel social son oprimidos con tantas cargas, obligaciones, multas, presiones, endeudamientos).
4. El hombre (y a veces la mujer) abandonan el hogar y dejan solo al otro con el cuidado de los hijos y con la carga del hogar y por eso hay aumento de madres cabeza de familia. Por eso los hogares con madres cabeza de familia se toman como modelos de hogar por el gobierno y los medios de comunicación. También la unión libre se tiene (erróneamente) como modelo de vida en pareja a causa del alejamiento de Dios.
5. La unión libre (mal llamada unión libre, antes conocida como concubinato) está causada por:
* El exceso de amor a lo externo.
* La sola atracción física (sexual).
* La atracción monetaria.
* El deseo de salir de la opresión del hogar y la inmadurez espiritual de los muchachos (creen que solo es necesaria la madurez física para afrontar una vida en pareja).
6. La gente cree que tener un matrimonio bonito es tener un bonito vestido y muchos regalos y que se celebre en una capilla bonita (concepto: matrimonio=bonito recuerdo), pero no hay conciencia de que un matrimonio bonito solo lo hace el amor de Cristo.
Mateo 6, 25 a 34.
7. Falta oración matrimonial y oración en la vida de novios.
8. Se piensa que un matrimonio santo es un matrimonio aburrido.
B.2. Consecuencias de esta situación.
1. Descomposición social y matrimonial.
* El matrimonio se convierte en guerra y en sufrimiento (o en aguante).
* Lucha de poderes en la que todos salen perdiendo.
* Endeudamiento exagerado de la pareja.
* Hijos huérfanos de padres vivos.
* Se busca refugio en la infidelidad y eso destruye más hogares.
* Maltrato sicológico mutuo y aumento de las heridas en el alma.
* Daño directo de los padres a sus propios hijos.
2. Desprecio por el sacramento del matrimonio: miedo al sacramento, miedo al compromiso. Aumento de la fornicación, y abuso del sexo dentro del matrimonio.
3. En vez de que el sacramento influya en la vida matrimonial, la gente quiere influir en el sacramento: que se haga de tal manera, en tal sitio, dependiendo de la hora y la fecha en que los padrinos puedan, etc. La pareja e incluso los asistentes, están más pendientes del fotógrafo, de la filmación, de la decoración que de la Eucaristía. Es decir, se actúa en forma egoísta.
4. Se acuden a muchas soluciones para salvar al matrimonio, menos a Cristo. Se busca solución en el sicólogo, en los amigos, en el trago, en los amantes, en los brujos, en la nueva era, en la violencia y hasta en el suicidio.
5. Existencia ¡quien lo creyera! de matrimonios FALSOS, incluso los que han sido realizados por la iglesia católica (no porque el sacramento sea falso, sino porque la pareja cumple el sacramento como solo un requisito o lo toma deportivamente, sin conciencia, solo por tradición. Estos matrimonios falsos llevan una vida de falsedades y tarde o temprano se separan, o viven un infierno. Se vive una vida de frustraciones, de desencantos, de amargura interna, de peleas frecuentes a las que la pareja y los hijos se acostumbran tanto que las justifican con frases como “si no existieran las peleas, la vida familiar sería aburrida”.
6. La rebeldía de los hijos: los hijos sufren y soportan todas estas cosas cuando pequeñitos, pero apenas pueden, se van de la casa o caen en vicios.
7. El abandono presencial: estás a mi lado, pero no me intereso por lo que sientes o lo que piensas. (Lucas 10, 25 a 37).
C. ¿Qué proponemos para tener en nuestra iglesia un matrimonio renovado?
a. La solución para esta grave crisis es Cristo. Él es quien renueva nuestro matrimonio.
b. Primero, renovar nuestro propio corazón, teniendo una verdadera conversión. Ezequiel 36, 22 a 27.
c. Es necesario RENOVAR PERMANENTEMENTE el matrimonio, no solo con una ceremonia, sino como un compromiso mutuo. Ambos esposos deben llenarse del Espíritu Santo. Esto se logra:
1. Escuchando y obedeciendo la Palabra de Dios.
Para esto no se requiere pasarse a otra religión: en nuestra iglesia católica ya está creciendo el amor hacia la Palabra de Dios y ya hay muchos sacerdotes y laicos católicos que la explican muy bien y le llegan al corazón de las personas.
Ambos, hombre y mujer están llamados a escuchar la palabra (esto no es cosa solo de mujeres o de viejitas). Cuando en principio solo uno de los dos asiste a escuchar la Palabra, debe llevarle ese amor al otro y atraerlo, hasta que los dos aceptan a Cristo y lo dejan entrar en el corazón. (No al exterior, solo dejando la Biblia abierta en un atril de la casa).
2. Oración en pareja permanente. Bendecir continuamente a la pareja, sin importar lo que haga.
3. Asistir en pareja a la Eucaristía y comulgar, no por cumplir sino con fe en Cristo.
4. Integrándose ambos en comunidad (a la misma comunidad) porque allí se conoce a Cristo y se lleva al hogar.
5. Ir sanos y maduros al matrimonio, es decir yendo a amar con el amor del Señor y no a solo
que lo amen y que le sirvan.
6. Los matrimonios que ya siguen el camino del Señor, deben dar testimonio ante los hijos, ante otros matrimonios y ante los jóvenes, de que la vida matrimonial es vida feliz y esa vida solo la brinda Cristo.
7. Conocer la vida de matrimonios santos a lo largo de la historia.
8. Si la pastoral familiar no tiene fundamento en la Palabra de Dios, no podrá obrar con poder y con prontitud para remediar esta grave situación.
EVANGELIO DE JUAN 2, 1 a 12.
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1 comentario:
Estamos muy convencidos que para tener un verdadero matrimonio es necesario enamorarnos primero de Jesús e invitarlo a participar en nuestras vidas. Así será un matrimonio feliz, basado en el Amor del Señor.
Somos testigos de esto, porque cuando uno toma la desición de formar un hogar teniendo siempre a Jesús como el centro de todo, este es muy bendecido.
Vale la pena tener ese Amigo en la vida matrimonial, esa es la única manera de lograr un matrimonio feliz y para siempre...
Muchas bendiciones...
Jhon y Anita. :)
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