lunes, 28 de septiembre de 2009

Un solo corazón, una sola alma

UN SOLO CORAZÓN UNA SOLA ALMA

Hechos 20, 28
1 Corintios 1, 10
Efesios 4, 27 y cap 5
Efesios 5, 8.9
Filipenses 2, 1-4
Colosenses 4, 2-6
1 Corintios 4, 11-13
1 Tesalonisenses 5, 12-15
Romanos 15, 1-6
Hechos 6, 41-42
Marcos 3, 31-35
Mateo 10, 19-20
Gálatas 6,8-9.

Hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, les pido que tengan los mismos sentimientos; y que no haya entre ustedes divisiones sino que se unan en espíritu y pensamiento. Por lo cual, abandonen la mentira. Cada uno hable la verdad a su prójimo.
Somos miembros los unos de los otros.
Monten en cólera, pero no pequen. Que el sol no se ponga sobre su enojo… No salga de su boca ninguna palabra de odio, sino hablen lo bueno, lo útil y lo constructivo, para que produzca alegría en los que oyen.
No provoquen al Espíritu Santo de Dios. Con Él han sido marcados como un sello para el día de la redención.
Toda aspereza, enemistad, gritería e insulto desaparezcan de entre ustedes; en una palabra, todo género de maldad.
Sean por el contrario, unos con otros bondadosos, compasivos, dispuestos al mutuo perdón en Cristo.
Sean imitadores de Dios, como hijos suyos queridos que son. Él se entregó por ustedes… cualquier clase de impureza o codicia ni siquiera se nombre entre ustedes como corresponde al pueblo de Dios.
Sobresalga la acción de gracias…tu vida de antes era tiniebla, pero ahora es luz, porque está vinculada al Señor. Vivan como hijos de la luz. Esto quiere decir que de la luz deriva toda clase de bondad, de justicia y de verdad.
Si todavía sirve para algo el estímulo cristiano, el aliento del amor, la comunidad en el mismo Espíritu, la misericordia entrañable, entonces colmen mi alegría y busquen el mismo sentir. Tengan el mismo pensamiento y el mismo amor. Sean un corazón y una sola alma. No hagan nada por rivalidad ni por vanagloria, sino más bien por humildad. Que cada uno tenga al otro por superior y no busque lo suyo sino lo de los demás.
Perseveren en la oración. Su palabra sea siempre amable, bien sazonada, sabiendo cómo tienen que dirigirse a cada uno en particular.
Cada uno de ustedes procure vivir de modo que agrade a su prójimo, haciendo por él en forma constructiva. Tampoco Cristo se dedicó a vivir como a él le agradaba. De todo lo que está escrito en la Palabra debemos de aprender. Pues los numerosos ejemplos de perseverancia que trae la Palabra, tienden a darnos ánimos para no renunciar a la esperanza.
Cuando les pidan responsabilidades, no tengan preocupaciones con qué han de responder. Dios les inspirará en cada momento lo que tengan que decir. No serán ustedes entonces los que hablen, sino el Espíritu del Padre quien hablará por ustedes. Lo que el hombre siembre eso cosechará. El que siembra a base de sus propias capacidades cosechará corrupción, porque no hace más que pensar en sí mismo. Pero el que se comporta como quiere el Espíritu de Dios, cosechará el Espíritu de vida eterna. No nos cansemos de hacer el bien: a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos.

PCR.