El sufrimiento no existe.
El sufrimiento lo hemos creado nosotros. ¿Por que? Porque nos pegamos de todo.
Nos pegamos de los hijos, y los hijos nos hacen sufrir, por apegarnos. Si no nos pegáramos de los hijos, no sufriríamos.
Nos pegamos del trabajo, y por eso al pegarnos del trabajo y al preocuparnos del trabajo, sufrimos, porque no conseguimos lo que necesitamos. Sufrimos.
Otros se pegan del dinero. Y como no consiguen dinero, no se lo dan, sufren.
Luego, el sufrimiento es propio de las personas que se pegan del dinero, que se pegan del trabajo, que se pegan de los hijos, que se pegan del esposo, que se pegan de todo. Hay sufrimiento.
Si nos pegáramos de Jesús, no sufriríamos.
Fíjense bien: los hijos, nos hacen sufrir; el trabajo, nos hace sufrir; el dinero, nos hace sufrir, osea que uno sufre, porque quiere.
Sufre porque quiere, el que sigue sufriendo es tonto, porque quiere sufrir por pegarse de los hijos, pegarse del esposo, pegarse de la esposa, y Jesús dice: no nos preocupemos de nada.
viernes, 17 de diciembre de 2010
miércoles, 24 de noviembre de 2010
¿DEMOSTRAMOS QUE LA VIDA RECIBIDA DE CRISTO ES NUEVA?
Hablar de la vida nueva y de los anhelos o esperanzas que ella presenta es un asunto sencillo y común en el lenguaje de todos los que nos hacemos llamar CRISTIANOS.
GÁLATAS 5, 16-18.
EFESIOS 4, 17-24.
El problema no radica en saber si cada miembro de la comunidad cristiana sabe esto. La mayor dificultad está en demostrar con la vida misma si cada uno siente total disponibilidad y si tiene la suficiente capacidad de experimentarla y vivirla a plenitud en Espíritu y verdad.
Preguntémonos:
¿Hasta dónde alcanzan mis esfuerzos humanos?
¿Qué soy capaz de hacer y de alcanzar?
¿Desde que conozco la Palabra de Dios, la he podido vivir?
¿Mi vida cristiana es realmente auténtica?
Frente a éstas y otras preguntas que nos podemos hacer, vale la pena hacer un balance de CÓMO TRANSCURRE NUESTRA VIDA CON EL SEÑOR.
Y si descubro que mi vida sigue igual y que muchos de mis comportamientos negativos y equivocados persisten, entonces puedo descubrir que me he estado engañando a mí mismo y a los demás tratando de llevar un cristianismo de cumplimientos y normas litúrgicas, morales y exteriores que no me conducen sino a calmar mi conciencia y a lograr sentir que mis emociones están apaciguadas, como el agua que notamos en la superficie de un lago tranquilo.
Hablemos de la DISPONIBILIDAD que debe haber en cada uno de nosotros para que el Señor lleve a cabo su plan de salvación.
"Por lo tanto, ya que ustedes han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está serntado a la derecha de Dios, piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes murieron, y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo. Cristo mismo es la vida de ustedes. Cuando Él aparezca, ustedes también aparecerán con Él llenos de Gloria. Colosenses 3, 1-4.
Es decir, aquel que vive sumergido en la gracia del Señor, que le experimenta, que lo siente en su diario vivir, aquel que siente en sí mismo la Resurrección del Señor, solo se preocupa por hablar de las cosas del cielo, por buscarlas, y su mayor afán es la vida cristiana, no sus problemas y dificultades.
Una persona que habla mucho de sus problemas, de sus afanes, de sus intereses, y en todo momento enfatiza en ellos, realmente no está disponible para recibir el mensaje de Salvación, pues todos ellos son la puerta cerrada que no dan paso a la vida cristiana.
Muchos de nosostros pedimos a los hermanos que oren por este problema o por aquel otro... ¡Claro! Hay que orar en todo momento, pero esa oración debe ser confiada y abandonada en la voluntad del Señor para que se cumpla lo que deseamos. De lo contrario estaremos negando el poder del Señor a través de nuestra misma oración. Además, como nos dice la Palabra: CRISTO MISMO ES LA VIDA DE USTEDES.
Si Cristo es la vida misma, ¿por qué he de preocuparme? ¿Por qué no doy testimonio de aquel que vive en mí?
Todo por la falta de disponibilidad en mi vida.
PCR.
GÁLATAS 5, 16-18.
EFESIOS 4, 17-24.
El problema no radica en saber si cada miembro de la comunidad cristiana sabe esto. La mayor dificultad está en demostrar con la vida misma si cada uno siente total disponibilidad y si tiene la suficiente capacidad de experimentarla y vivirla a plenitud en Espíritu y verdad.
Preguntémonos:
¿Hasta dónde alcanzan mis esfuerzos humanos?
¿Qué soy capaz de hacer y de alcanzar?
¿Desde que conozco la Palabra de Dios, la he podido vivir?
¿Mi vida cristiana es realmente auténtica?
Frente a éstas y otras preguntas que nos podemos hacer, vale la pena hacer un balance de CÓMO TRANSCURRE NUESTRA VIDA CON EL SEÑOR.
Y si descubro que mi vida sigue igual y que muchos de mis comportamientos negativos y equivocados persisten, entonces puedo descubrir que me he estado engañando a mí mismo y a los demás tratando de llevar un cristianismo de cumplimientos y normas litúrgicas, morales y exteriores que no me conducen sino a calmar mi conciencia y a lograr sentir que mis emociones están apaciguadas, como el agua que notamos en la superficie de un lago tranquilo.
Hablemos de la DISPONIBILIDAD que debe haber en cada uno de nosotros para que el Señor lleve a cabo su plan de salvación.
"Por lo tanto, ya que ustedes han sido resucitados con Cristo, busquen las cosas del cielo, donde Cristo está serntado a la derecha de Dios, piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes murieron, y Dios les tiene reservado el vivir con Cristo. Cristo mismo es la vida de ustedes. Cuando Él aparezca, ustedes también aparecerán con Él llenos de Gloria. Colosenses 3, 1-4.
Es decir, aquel que vive sumergido en la gracia del Señor, que le experimenta, que lo siente en su diario vivir, aquel que siente en sí mismo la Resurrección del Señor, solo se preocupa por hablar de las cosas del cielo, por buscarlas, y su mayor afán es la vida cristiana, no sus problemas y dificultades.
Una persona que habla mucho de sus problemas, de sus afanes, de sus intereses, y en todo momento enfatiza en ellos, realmente no está disponible para recibir el mensaje de Salvación, pues todos ellos son la puerta cerrada que no dan paso a la vida cristiana.
Muchos de nosostros pedimos a los hermanos que oren por este problema o por aquel otro... ¡Claro! Hay que orar en todo momento, pero esa oración debe ser confiada y abandonada en la voluntad del Señor para que se cumpla lo que deseamos. De lo contrario estaremos negando el poder del Señor a través de nuestra misma oración. Además, como nos dice la Palabra: CRISTO MISMO ES LA VIDA DE USTEDES.
Si Cristo es la vida misma, ¿por qué he de preocuparme? ¿Por qué no doy testimonio de aquel que vive en mí?
Todo por la falta de disponibilidad en mi vida.
PCR.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
miércoles, 8 de septiembre de 2010
martes, 17 de agosto de 2010
Deuteronomio 18. 10-14
Muchos católicos estábamos PAGANIZADOS, por haber puesto nuestra mirada y nuestra confianza en el mundo.
Ahora, con la renovación, volvemos nuestra mirada a Jesús y el Señor nos purifica de todo contacto con los ídolos. Ezequiel 36, 25.
Esta paganización consistió en mezclar y revolver prácticas paganas con elementos católicos, filosofias orientales, imágenes, santos, supersticiones, leyendas, ritos de falsas religiones, brujería, control mental, agüeros, nueva era, esoterismo, y frases de la biblia. Y hasta meten a Jesús en esa mezcla. Muchos brujos usan sus imágenes y hasta lo nombran. (Mateo 7, 21). El segundo mandamiento prohíbe también el uso mágico del nombre divino : Catecismo de la Iglesia Católica, numeral 2149.
El Señor quiere que dejenmos atrás, que saquemos de nuestra vida los horóscopos, los amuletos y toda práctica no cristiana.
Las prácticas que se nombran en Deuteronomio 18. 10 y 11 son faltas al primer mandamiento y son usadas por el mal y por espíritus malignos para engañar y alejarnos de Cristo.
1. Sacrificio del hijo haciéndolo pasar por el fuego: Práctica Cananea detestable. Se quemaban a los niños, hijos e hijas, preferiblemente bebés. Se depositaban vivos en el fuego, como sacrificio al dios Moloc, para agradarlo y rendirle culto.
Era una figura de bronce hueca con cabeza de becerro que se calentaba con fuego al rojo vivo y las victimas eran arrojadas en los brazos de aquel ídolo. Antes y durante el sacrificio, los sacerdotes inundaban la zona con tambores, trompetas y tímbalos, para que los llantos de los niños no alcanzaran a oidos de la multitud.
Preguntas: ¿A dónde estamos arrojando hoy a nuestros niños? ¿En brazos del dios televisión, del dios internet, del halloween, la música satánica, la tabla huija, y los libros y películas de magia y de vampirismo?
¿Y otra clase de dios Moloc que devora a los niños, a los propios hijos no es el aborto, legalizado ya en nuestro país y cuya gravedad se ahoga con tambores, trompetas y tímbalos, es decir, con toda clase de argumentos legales, médicos y científicos?
2. Adivinación: busca determinar la voluntad de los dioses al examinar e interpretar presagios. Es querer descubrir lo oculto penetrando en los mundos de la oscuridad.
3. Pretender predecir el futuro: Agorero: tratar de ver y controlar el futuro a traves del poder dado por espíritus malignos.
Sortilegio: decir el futuro basándose en señales y apoyándose en los anhelos del YO falso: buscar viajar, tener dinero, tener relaciones con otras personas, hacer negocios lucrativos, tener un trabajo fácil, tener éxito en el amor humano, tener poder y reconocimiento. Incluso, se predicen cosas negativas porque las preocupaciones alimentan y fortalecen el yo falso.
Mucha gente hace caso de los sueños, interpretando su significado asociado con los anteriores temas.
4. Hechicería: inducir efectos mágicos con drogas o algún tipo de poción. Realizar prácticas supersticiosas que parezcan sobrenaturales, o que lo sean, sometiendo a personas, cosas, situaciones a influencias maléficas.
5. Encantamiento o conjuro: atar a otras personas mediante murmullos y sortilegios mágicos. Someter y manipular la voluntad de la persona.
6. Consultar a los adivinos: No querer hacer ni aceptar la voluntad de Dios.
Poner la confianza en ídolos y en personas. Es cambiar el cristianismo por prácticas paganas y abrirle la puerta a la acción de los demonios.
Hay adivinos tradicionales y los hay modernos, que usan las últimas tecnologías y se disfrazan de personas que ofrecen ayudar y hacer el bien, pero que atan y hacen daño y culpan a la gente que te rodea de los problemas que tienes.
7. Invocar espíritus: asociarse y tener comunión con demonios y espíritus de personas que están atadas. Es buscar comunicarse con el más allá, penetrando en el reino de la oscuridad.
8. Mago o espiritista: aquel que tiene familiaridad íntima con el mundo demoniaco espiritual. Brujo, hechicero, vidente, pitonisa. Esta persona mezcla toda clase de prácticas y creencias, incluso algunos recomiendan novenas, la confesión y devociones a los santos. El espiritista se ha dejado engañar del mal y por lo tanto engaña y lo propaga a traves de estas prácticas.
Tanto la magia negra como la blanca son malas: la magia negra hace el mal y la blanca revuelve la bondad y el bienestar con la hechicería y la persona no sabe con lo que se mete, ni a qué se somete.
9. Consultar a los muertos: investigar, curiosear, buscar información, ayuda y guía de los muertos y del mundo de los muertos. La persona supuestamente habla con ellos, pero se está comunicando con demonios.
Cuando la persona consultó o realizó o recomendó alguna de estas prácticas, cayó en impurezas, pecados y se ató. Levítico 19. 31.
Jesucristo nos desata y nos libera eternamente: Galatas 5, 1. Juan 8. 31.
Otras lecturas: Hechos 16. 16-21. Hechos 19. 18-20.
Ahora, con la renovación, volvemos nuestra mirada a Jesús y el Señor nos purifica de todo contacto con los ídolos. Ezequiel 36, 25.
Esta paganización consistió en mezclar y revolver prácticas paganas con elementos católicos, filosofias orientales, imágenes, santos, supersticiones, leyendas, ritos de falsas religiones, brujería, control mental, agüeros, nueva era, esoterismo, y frases de la biblia. Y hasta meten a Jesús en esa mezcla. Muchos brujos usan sus imágenes y hasta lo nombran. (Mateo 7, 21). El segundo mandamiento prohíbe también el uso mágico del nombre divino : Catecismo de la Iglesia Católica, numeral 2149.
El Señor quiere que dejenmos atrás, que saquemos de nuestra vida los horóscopos, los amuletos y toda práctica no cristiana.
Las prácticas que se nombran en Deuteronomio 18. 10 y 11 son faltas al primer mandamiento y son usadas por el mal y por espíritus malignos para engañar y alejarnos de Cristo.
1. Sacrificio del hijo haciéndolo pasar por el fuego: Práctica Cananea detestable. Se quemaban a los niños, hijos e hijas, preferiblemente bebés. Se depositaban vivos en el fuego, como sacrificio al dios Moloc, para agradarlo y rendirle culto.
Era una figura de bronce hueca con cabeza de becerro que se calentaba con fuego al rojo vivo y las victimas eran arrojadas en los brazos de aquel ídolo. Antes y durante el sacrificio, los sacerdotes inundaban la zona con tambores, trompetas y tímbalos, para que los llantos de los niños no alcanzaran a oidos de la multitud.
Preguntas: ¿A dónde estamos arrojando hoy a nuestros niños? ¿En brazos del dios televisión, del dios internet, del halloween, la música satánica, la tabla huija, y los libros y películas de magia y de vampirismo?
¿Y otra clase de dios Moloc que devora a los niños, a los propios hijos no es el aborto, legalizado ya en nuestro país y cuya gravedad se ahoga con tambores, trompetas y tímbalos, es decir, con toda clase de argumentos legales, médicos y científicos?
2. Adivinación: busca determinar la voluntad de los dioses al examinar e interpretar presagios. Es querer descubrir lo oculto penetrando en los mundos de la oscuridad.
3. Pretender predecir el futuro: Agorero: tratar de ver y controlar el futuro a traves del poder dado por espíritus malignos.
Sortilegio: decir el futuro basándose en señales y apoyándose en los anhelos del YO falso: buscar viajar, tener dinero, tener relaciones con otras personas, hacer negocios lucrativos, tener un trabajo fácil, tener éxito en el amor humano, tener poder y reconocimiento. Incluso, se predicen cosas negativas porque las preocupaciones alimentan y fortalecen el yo falso.
Mucha gente hace caso de los sueños, interpretando su significado asociado con los anteriores temas.
4. Hechicería: inducir efectos mágicos con drogas o algún tipo de poción. Realizar prácticas supersticiosas que parezcan sobrenaturales, o que lo sean, sometiendo a personas, cosas, situaciones a influencias maléficas.
5. Encantamiento o conjuro: atar a otras personas mediante murmullos y sortilegios mágicos. Someter y manipular la voluntad de la persona.
6. Consultar a los adivinos: No querer hacer ni aceptar la voluntad de Dios.
Poner la confianza en ídolos y en personas. Es cambiar el cristianismo por prácticas paganas y abrirle la puerta a la acción de los demonios.
Hay adivinos tradicionales y los hay modernos, que usan las últimas tecnologías y se disfrazan de personas que ofrecen ayudar y hacer el bien, pero que atan y hacen daño y culpan a la gente que te rodea de los problemas que tienes.
7. Invocar espíritus: asociarse y tener comunión con demonios y espíritus de personas que están atadas. Es buscar comunicarse con el más allá, penetrando en el reino de la oscuridad.
8. Mago o espiritista: aquel que tiene familiaridad íntima con el mundo demoniaco espiritual. Brujo, hechicero, vidente, pitonisa. Esta persona mezcla toda clase de prácticas y creencias, incluso algunos recomiendan novenas, la confesión y devociones a los santos. El espiritista se ha dejado engañar del mal y por lo tanto engaña y lo propaga a traves de estas prácticas.
Tanto la magia negra como la blanca son malas: la magia negra hace el mal y la blanca revuelve la bondad y el bienestar con la hechicería y la persona no sabe con lo que se mete, ni a qué se somete.
9. Consultar a los muertos: investigar, curiosear, buscar información, ayuda y guía de los muertos y del mundo de los muertos. La persona supuestamente habla con ellos, pero se está comunicando con demonios.
Cuando la persona consultó o realizó o recomendó alguna de estas prácticas, cayó en impurezas, pecados y se ató. Levítico 19. 31.
Jesucristo nos desata y nos libera eternamente: Galatas 5, 1. Juan 8. 31.
Otras lecturas: Hechos 16. 16-21. Hechos 19. 18-20.
sábado, 24 de julio de 2010
La FE
Cuando no tenemos fe, Jesús no hace milagros en nuestra vida: Lucas 4, 24 a 27.
Nos falta FE. Fe sin apegos, fe plena.
Quien critica y viene a la comunidad le falta fe.
Si creemos en Jesús no habrán cáncer, ni borracheras, ni mujeriegos en nuestra casa.
Dios Padre nos llama a CREER en su Hijo, en su PODER de Amor.
El que no cree en Jesús, no sabe quién es Dios.
La fe en Jesús es sobrenatural. Viene de Dios Padre: Nadie viene a mí si mi Padre no lo envía.
La fe en Jesús es la que hace que la persona sea madura.
Jesús cargó en la cruz con todos mis sufrimientos, mis enfermedades, para que ya no los tenga. Cargó con todas los sufrimientos de la humanidad, cánceres, problemas en el trabajo, debilidades de mujeriegos, para matar todo aquello que nos hace sufrir. Lo carga en la cruz. En la cruz lo destruye para que no tengamos nada de eso.
Creer en Jesús es entregarme a Él, enamorarme de Él, entusiasmarme por Él, y vivir para que Él me llene de amor.
Nos falta FE. Fe sin apegos, fe plena.
Quien critica y viene a la comunidad le falta fe.
Si creemos en Jesús no habrán cáncer, ni borracheras, ni mujeriegos en nuestra casa.
Dios Padre nos llama a CREER en su Hijo, en su PODER de Amor.
El que no cree en Jesús, no sabe quién es Dios.
La fe en Jesús es sobrenatural. Viene de Dios Padre: Nadie viene a mí si mi Padre no lo envía.
La fe en Jesús es la que hace que la persona sea madura.
Jesús cargó en la cruz con todos mis sufrimientos, mis enfermedades, para que ya no los tenga. Cargó con todas los sufrimientos de la humanidad, cánceres, problemas en el trabajo, debilidades de mujeriegos, para matar todo aquello que nos hace sufrir. Lo carga en la cruz. En la cruz lo destruye para que no tengamos nada de eso.
Creer en Jesús es entregarme a Él, enamorarme de Él, entusiasmarme por Él, y vivir para que Él me llene de amor.
viernes, 16 de julio de 2010
LOS SACRAMENTOS
Los sacramentos son signos de la presencia de Jesucristo vivo actuando en mi vida.
Los 4 medios para santificarnos son:
1. La Palabra de Dios.
2. La oración, respondiendo a la Palabra, como la oración de María.
3. LOS SACRAMENTOS.
4. La vida en comunidad.
Los sacramentos son para llevar una vida distinta a los del mundo, una vida santa.
Los sacramentos son para santificarnos, para llevar una vida de amor y vivir en la familia divina.
Por eso, se reciben en comunidad, en la Eucaristía.
Es muy importante recibirlos con FE en JESUCRISTO.
La vida sacramental no es una vida de apariencia, de aparentar ser religioso, sino que es una nueva vida interior que se refleja en el exterior.
Colosenses 1, 15 a 17: Dios invisible se hace visible en el amor, a través de Cristo. El Espíritu Santo es invisible. Es el mismo Amor, que se hace visible cuando yo amo como Dios me ama.
Los sacramentos existen porque como a Cristo no se le ve, actúa a traves de signos despues de morir y resucitar.
El cuerpo de Jesus antes de morir era un signo sacramental que significa que Dios nos quiere transmitir su amor.
Al morir y resucitar Jesús son necesarios los sacramentos.
Se deben renovar contínuamente, con fe en Jesucristo, fe en su poder de amor.
Los 4 medios para santificarnos son:
1. La Palabra de Dios.
2. La oración, respondiendo a la Palabra, como la oración de María.
3. LOS SACRAMENTOS.
4. La vida en comunidad.
Los sacramentos son para llevar una vida distinta a los del mundo, una vida santa.
Los sacramentos son para santificarnos, para llevar una vida de amor y vivir en la familia divina.
Por eso, se reciben en comunidad, en la Eucaristía.
Es muy importante recibirlos con FE en JESUCRISTO.
La vida sacramental no es una vida de apariencia, de aparentar ser religioso, sino que es una nueva vida interior que se refleja en el exterior.
Colosenses 1, 15 a 17: Dios invisible se hace visible en el amor, a través de Cristo. El Espíritu Santo es invisible. Es el mismo Amor, que se hace visible cuando yo amo como Dios me ama.
Los sacramentos existen porque como a Cristo no se le ve, actúa a traves de signos despues de morir y resucitar.
El cuerpo de Jesus antes de morir era un signo sacramental que significa que Dios nos quiere transmitir su amor.
Al morir y resucitar Jesús son necesarios los sacramentos.
Se deben renovar contínuamente, con fe en Jesucristo, fe en su poder de amor.
BAUTISMO
Sacramento de iniciación cristiana.
Es morir al pecado con Cristo y resucitar con Cristo.
Es nacer de arriba, para tener una nueva vida. Hay que nacer de Dios, para tener la vida de Dios. Juan 3.
Es entrar en la familia de Dios por medio de la fe en Jesús.
Con el bautismo, somos HIJOS DE DIOS PEQUEÑOS.
Somos consagrados como sacerdotes, profetas y reyes.
El bautismo es para sanar el corazón de heridas y nacer de nuevo.
Cuando nacemos de nuevo, vivimos en comunidad.
Es morir al pecado con Cristo y resucitar con Cristo.
Es nacer de arriba, para tener una nueva vida. Hay que nacer de Dios, para tener la vida de Dios. Juan 3.
Es entrar en la familia de Dios por medio de la fe en Jesús.
Con el bautismo, somos HIJOS DE DIOS PEQUEÑOS.
Somos consagrados como sacerdotes, profetas y reyes.
El bautismo es para sanar el corazón de heridas y nacer de nuevo.
Cuando nacemos de nuevo, vivimos en comunidad.
COMUNIÓN = EUCARISTÍA
Sacramento de iniciación cristiana.
Es alimentarse de la vida del Espíritu Santo, de la vida verdadera, de la vida de Amor.
Se recibe para entrar en la comunidad y compartir con los hermanos la comida del Señor.
En la Eucaristía me alimento con la Palabra de Dios y con el cuerpo y la sangre de Cristo, y por ellos recibo el Espíritu de Cristo resucitado.
La comunión es para personas maduras en el amor.
La Eucaristía es para los que ya son mayores en la mesa del Señor.
Es alimento para el alma. Es necesario preocuparnos por alimentar el alma, y no preocuparse por el cuerpo. No trabajar por la comida que se acaba, sino por la que da el Espíritu.
La comunión es empezar a vivir en comunidad.
Es alimentarse de la vida del Espíritu Santo, de la vida verdadera, de la vida de Amor.
Se recibe para entrar en la comunidad y compartir con los hermanos la comida del Señor.
En la Eucaristía me alimento con la Palabra de Dios y con el cuerpo y la sangre de Cristo, y por ellos recibo el Espíritu de Cristo resucitado.
La comunión es para personas maduras en el amor.
La Eucaristía es para los que ya son mayores en la mesa del Señor.
Es alimento para el alma. Es necesario preocuparnos por alimentar el alma, y no preocuparse por el cuerpo. No trabajar por la comida que se acaba, sino por la que da el Espíritu.
La comunión es empezar a vivir en comunidad.
CONFIRMACIÓN
Sacramento de iniciación cristiana.
La confirmación no se recibe "para poderme casar".
Es llenarse de la vida de Cristo, de la vida de DIOS.
Nos hace HIJOS DE DIOS GRANDES.
Somos sellados con el Espíritu Santo.
La confirmación no se recibe "para poderme casar".
Es llenarse de la vida de Cristo, de la vida de DIOS.
Nos hace HIJOS DE DIOS GRANDES.
Somos sellados con el Espíritu Santo.
CONFESIÓN
Sacramento de curación.
Es desocupar el corazón y ya no cargar con esos pecados.
Es para arreglar y reparar lo que hemos dañado.
Es necesario ser humilde y sincero para recibirlo, no quedarnos con los pecados graves y que nos atormentan en el interior.
Son pecados graves los de omisión: cuando me he negado a amar, cuando me he negado a hacer el bien y a servir.
Es desocupar el corazón y ya no cargar con esos pecados.
Es para arreglar y reparar lo que hemos dañado.
Es necesario ser humilde y sincero para recibirlo, no quedarnos con los pecados graves y que nos atormentan en el interior.
Son pecados graves los de omisión: cuando me he negado a amar, cuando me he negado a hacer el bien y a servir.
MATRIMONIO
Es un sacramento de servicio.
Se recibe en comunidad.
El matrimonio es sacramento solo para los católicos.
El signo sacramental de Jesús en el matrimonio es el AMOR de corazón a corazón.
Jesús está entre los esposos y quiere llenarlos de amor.
Si no hay amor, no hay sacramento.
Matrimonio es una unión de amor (del amor de Dios, que bendice esa unión) entre un hombre y una mujer. Matrimonio es una vida, no una ceremonia, no un día.
El Señor lleva a los esposos a orar en pareja: los dos de acuerdo, oran, y el Señor los alimenta con su Espíritu y les da su amor y fortalece el amor matrimonial. Los matrimonios que no oran juntos, no pueden amarsen, porque no creen en Jesús.
Quien une no son los esposos (solo en la carne). El que une es Dios por medio de Jesús.
Es necesario pedir en oración que el Señor fortalezca el amor.
Casarse es meterse el uno dentro el otro. El esposo se mete hasta adentro del corazón de la esposa y la esposa se mete en el corazón del esposo, cada vez se aman más y más, no hay nadie que rompa ese amor, y no se piensa en le divorcio o la separación. El amor ha unido tanto (Dios los ha unido), que no se rompe esa unión.
El matrimonio empieza a construirse el dia en que se prometen mutuo amor y este compromiso se cumple. Empieza el hombre y responde la mujer. Los dos como una sola persona se unen con este amor.
El verdadero amor viene de Dios. El hombre y la mujer separados de Dios no pueden amarse.
El autor del matrimonio es Dios. Al no creer en Jesús, no hay amor, no hay matrimonio, rige la ley del más fuerte y no rige la ley del amor. No hay amor donde no hay fe en Jesucristo.
Cristo viene a RESTAURAR el verdadero matrimonio.
Antes de Cristo el hombre dominaba sobre la mujer, por eso había divorcio.
En el falso matrimonio, solo el hombre se casa y rechaza a su mujer. No la respeta y ella se siente menos. Uno domina al otro.
Dios une con su Espíritu de amor. Para esto, deben bautizarse el hombre y la mujer con ese espíritu. Al estar bautizados, hay capacidad para amar, son MADUROS en el amor.
Si están unidos solo por lo físico, solo por el sexo, no hay amor, solo hay instinto y placer. Esto se acaba.
El espíritu del amor es el que une a los esposos cristianos. Nosotros no unimos los corazones. El que une es el Espíritu de Jesús.
La unión libre o concubinato NO es matrimonio, es atracción física y falta de compromiso, el compromiso de AMARSEN.
Con el amor de Dios se domina el sexo, no hay abuso y se respeta al otro. El hombre respeta a la mujer y la mujer al hombre.
Se recibe en comunidad.
El matrimonio es sacramento solo para los católicos.
El signo sacramental de Jesús en el matrimonio es el AMOR de corazón a corazón.
Jesús está entre los esposos y quiere llenarlos de amor.
Si no hay amor, no hay sacramento.
Matrimonio es una unión de amor (del amor de Dios, que bendice esa unión) entre un hombre y una mujer. Matrimonio es una vida, no una ceremonia, no un día.
El Señor lleva a los esposos a orar en pareja: los dos de acuerdo, oran, y el Señor los alimenta con su Espíritu y les da su amor y fortalece el amor matrimonial. Los matrimonios que no oran juntos, no pueden amarsen, porque no creen en Jesús.
Quien une no son los esposos (solo en la carne). El que une es Dios por medio de Jesús.
Es necesario pedir en oración que el Señor fortalezca el amor.
Casarse es meterse el uno dentro el otro. El esposo se mete hasta adentro del corazón de la esposa y la esposa se mete en el corazón del esposo, cada vez se aman más y más, no hay nadie que rompa ese amor, y no se piensa en le divorcio o la separación. El amor ha unido tanto (Dios los ha unido), que no se rompe esa unión.
El matrimonio empieza a construirse el dia en que se prometen mutuo amor y este compromiso se cumple. Empieza el hombre y responde la mujer. Los dos como una sola persona se unen con este amor.
El verdadero amor viene de Dios. El hombre y la mujer separados de Dios no pueden amarse.
El autor del matrimonio es Dios. Al no creer en Jesús, no hay amor, no hay matrimonio, rige la ley del más fuerte y no rige la ley del amor. No hay amor donde no hay fe en Jesucristo.
Cristo viene a RESTAURAR el verdadero matrimonio.
Antes de Cristo el hombre dominaba sobre la mujer, por eso había divorcio.
En el falso matrimonio, solo el hombre se casa y rechaza a su mujer. No la respeta y ella se siente menos. Uno domina al otro.
Dios une con su Espíritu de amor. Para esto, deben bautizarse el hombre y la mujer con ese espíritu. Al estar bautizados, hay capacidad para amar, son MADUROS en el amor.
Si están unidos solo por lo físico, solo por el sexo, no hay amor, solo hay instinto y placer. Esto se acaba.
El espíritu del amor es el que une a los esposos cristianos. Nosotros no unimos los corazones. El que une es el Espíritu de Jesús.
La unión libre o concubinato NO es matrimonio, es atracción física y falta de compromiso, el compromiso de AMARSEN.
Con el amor de Dios se domina el sexo, no hay abuso y se respeta al otro. El hombre respeta a la mujer y la mujer al hombre.
domingo, 4 de julio de 2010
No pre-ocuparnos. Ocuparnos.
Mensaje recibido en la comunidad de matrimonios.
Reflexionemos el canto.
Falta vivir el amor.
Mira: lo que interesa es el testimonio. No a futuro ni a pasado. A presente: "he dejado entrar la Palabra y me siento mejor."
Pídele al Señor que te llene de amor, es así como vivirás mejor.
Si la Palabra entra en mí, desaparecen los problemas.
Te perdono y te amo en el nombre de Jesús.
Esta semana en el negocio solo atendí a la gente, lo único que me importó fue hacerlo con amor, no me preocupé de ganar más. Lo hago, pero no me preocupo.
Tiene que ser más profundo: háblale al Señor con sinceridad.
Si tengo enfermedad, no preocuparme de eso sino de dejarme amar del Señor.
No preocuparme de hijo rebelde. No echarle en cara las cosas. Amarlo.
Cuando uno se preocupa, se deja engañar del demonio, o se deja llevar del dios dinero.
Ser realista.
En "el mundo" actual, nadie toma en serio el amor de Dios, y hay solo problemas y quejas.
Reflexionar: si mi hijo está en la droga, es culpa mía porque no le dí el amor. Lo alcagüetié, por no aceptar a Jesús.
El que no acepta a Jesús, no puede amar, es un mentiroso.
Si tengo un problema decir: yo tengo la culpa y voy a hacer caso de la Palabra. Voy a llenarme de amor, y arreglo el problema.
Dios no nos quiere con problemas. Él nos quiere felices ahora y eternamente, porque Dios ama. Ahora. Tenemos problemas porque somos pecadores.
Tenemos espíritu, alma y cuerpo.
El espíritu es la gasolina. Es la vida. Lo que hace mover el alma.
El alma es el centro. El motor. Ahí está el problema.
El cuerpo es el chasís. Sufre las consecuencias.
Alma = corazón.
El alma o se llena del mundo o del Espíritu.
Se llena de problemas, amarguras, tristezas, o fracasos, por no alimentarla con el Amor de Dios a través de La Palabra de Dios, la oración, respondiendo a la Palabra, los sacramentos con fe en Jesús y la vida en comunidad. El alma también se llena de vacíos cuando nos dejamos guiar de cuerpo y no del Espíritu.
Por eso no amamos. Por mirar hacia el mundo.
Mirar hacia Dios. Dios es el que nos ama.
La esclavitud nos envejece. No trabajar por la comida que se acaba.
El mundo sabe a amargura.
Leer Santiago, capítulo 5. Les falta el amor a ricos ya pobres. Muchos pobres quieren ser ricos, pues nunca se sintieron amados. La felicidad del amor hace que me desprenda.
El amor por el dinero me hace acumular más y más.
Al morir, el cuerpo queda en el sepulcro. El alma sale, pero si se deseaba dinero y placeres (falsa felicidad), esa alma es eternamente desgraciada.
Hay que dejar las preocupaciones, despreocuparse sin abandonar.
Decidirnos por la verdadera felicidad.
Jeremías 17, 5 a 10.
Le damos mucha importancia a los acontecimientos. Al contar los problemas y no contar con Jesús, nos llenamos de amargura.
Dejar entrar el amor para resolver el problema con los hijos. No cantaletearlos. Abrazarlos, darles besos y bendecirlos. Lo mismo con el esposo.
Mirar y reflexionar la carta del apóstol Santiago, capítulos 3 y 4.
No enseñar a la fuerza.
Hace mucho daño la lengua.
Deben salir de mi boca bendiciones y palabras positivas. Reconocer mis pecados, juzgarme a mí mismo. Reconocer que yo tuve la culpa, porque soy pecador y no día amor. No es culpa de Dios porque Él lo hace todo bien.
No regañar, no quejarse. Reconocer que falta el amor de Dios.
El que no tiene amor tiene una viga por no entregarse a Jesús.
La gente entiende: Ley = mano dura.
No rechazar el amor de Dios.
Reconocer el error y entregarme a Jesús. Él es todo amor, Él me ama.
Cuando me siento amado puedo amar y personar.
Antes no cococíamos el amor.
Hay pecados de comisión y de omisión. Pecado de omisión es no amar. Es un pecado grave.
Creíamos que amábamos.
Reflexionemos el canto.
Falta vivir el amor.
Mira: lo que interesa es el testimonio. No a futuro ni a pasado. A presente: "he dejado entrar la Palabra y me siento mejor."
Pídele al Señor que te llene de amor, es así como vivirás mejor.
Si la Palabra entra en mí, desaparecen los problemas.
Te perdono y te amo en el nombre de Jesús.
Esta semana en el negocio solo atendí a la gente, lo único que me importó fue hacerlo con amor, no me preocupé de ganar más. Lo hago, pero no me preocupo.
Tiene que ser más profundo: háblale al Señor con sinceridad.
Si tengo enfermedad, no preocuparme de eso sino de dejarme amar del Señor.
No preocuparme de hijo rebelde. No echarle en cara las cosas. Amarlo.
Cuando uno se preocupa, se deja engañar del demonio, o se deja llevar del dios dinero.
Ser realista.
En "el mundo" actual, nadie toma en serio el amor de Dios, y hay solo problemas y quejas.
Reflexionar: si mi hijo está en la droga, es culpa mía porque no le dí el amor. Lo alcagüetié, por no aceptar a Jesús.
El que no acepta a Jesús, no puede amar, es un mentiroso.
Si tengo un problema decir: yo tengo la culpa y voy a hacer caso de la Palabra. Voy a llenarme de amor, y arreglo el problema.
Dios no nos quiere con problemas. Él nos quiere felices ahora y eternamente, porque Dios ama. Ahora. Tenemos problemas porque somos pecadores.
Tenemos espíritu, alma y cuerpo.
El espíritu es la gasolina. Es la vida. Lo que hace mover el alma.
El alma es el centro. El motor. Ahí está el problema.
El cuerpo es el chasís. Sufre las consecuencias.
Alma = corazón.
El alma o se llena del mundo o del Espíritu.
Se llena de problemas, amarguras, tristezas, o fracasos, por no alimentarla con el Amor de Dios a través de La Palabra de Dios, la oración, respondiendo a la Palabra, los sacramentos con fe en Jesús y la vida en comunidad. El alma también se llena de vacíos cuando nos dejamos guiar de cuerpo y no del Espíritu.
Por eso no amamos. Por mirar hacia el mundo.
Mirar hacia Dios. Dios es el que nos ama.
La esclavitud nos envejece. No trabajar por la comida que se acaba.
El mundo sabe a amargura.
Leer Santiago, capítulo 5. Les falta el amor a ricos ya pobres. Muchos pobres quieren ser ricos, pues nunca se sintieron amados. La felicidad del amor hace que me desprenda.
El amor por el dinero me hace acumular más y más.
Al morir, el cuerpo queda en el sepulcro. El alma sale, pero si se deseaba dinero y placeres (falsa felicidad), esa alma es eternamente desgraciada.
Hay que dejar las preocupaciones, despreocuparse sin abandonar.
Decidirnos por la verdadera felicidad.
Jeremías 17, 5 a 10.
Le damos mucha importancia a los acontecimientos. Al contar los problemas y no contar con Jesús, nos llenamos de amargura.
Dejar entrar el amor para resolver el problema con los hijos. No cantaletearlos. Abrazarlos, darles besos y bendecirlos. Lo mismo con el esposo.
Mirar y reflexionar la carta del apóstol Santiago, capítulos 3 y 4.
No enseñar a la fuerza.
Hace mucho daño la lengua.
Deben salir de mi boca bendiciones y palabras positivas. Reconocer mis pecados, juzgarme a mí mismo. Reconocer que yo tuve la culpa, porque soy pecador y no día amor. No es culpa de Dios porque Él lo hace todo bien.
No regañar, no quejarse. Reconocer que falta el amor de Dios.
El que no tiene amor tiene una viga por no entregarse a Jesús.
La gente entiende: Ley = mano dura.
No rechazar el amor de Dios.
Reconocer el error y entregarme a Jesús. Él es todo amor, Él me ama.
Cuando me siento amado puedo amar y personar.
Antes no cococíamos el amor.
Hay pecados de comisión y de omisión. Pecado de omisión es no amar. Es un pecado grave.
Creíamos que amábamos.
sábado, 26 de junio de 2010
JEREMÍAS, EL PROFETA SUFRIENTE
JEREMIAS 29, 11-13
YO SÉ LOS PLANES QUE TENGO PARA USTEDES, PLANES PARA SU BIENESTAR Y NO PARA SU MAL, A FIN DE DARLES UN FUTURO LLENO DE ESPERANZA.
YO, EL SEÑOR LO AFIRMO. ENTONCES USTEDES ME INVOCARÁN, Y VENDRÁN A MÍ EN ORACIÓN Y YO LOS ESCUCHARÉ.
ME BUSCARÁN Y ME ENCONTRARÁN PORQUE ME BUSCARÁN DE TODO CORAZÓN.
Jeremías es escogido para hablarle a un pueblo que había desobedecido.
La época en que vive Jeremías (627 al 587 a. C.) es un momento trájico para Judá: Babilonia surge como una gran potencia y poco a poco va dominando las tierras y pueblos que se encuentra a su paso. Egipto teme la amenaza Babilónica y procura utilizar a Judá como un tapón que ayude a bloquear la invasión de Babilonia sobre su territorio. Judá es un torbellino político. Y en esas circunstancias surge la voz del profeta Jeremías para hacer escuchar la voz de Yahvé.
Entre el capítulo 23 al 30, el anuncio es esperanzador: Dios visitará al pueblo en medio del dominio Babilónico para hacer cumplir su promesa: promesa de restauración, de libertad, de amor sobre su pueblo elegido. Los pensamientos de Dios sobre su pueblo son de paz y no de desgracia. Le recuerda a su pueblo que en él está la esperanza de su porvenir. El pueblo invocará a Yahvé, y Él en su infinita misericordia y amor le responderá, lo invocará y lo encontrará.
Debemos descubrir y encontrar en nuestra vida a Dios, pero no un Dios de los que creen en un Dios castigador, opresor, dictador. Es necesario tener la experiencia de Dios que es Amor, Dios que es misericordioso. De ahí que Dios hace hombres y mujeres verdaderos, que aman, que viven felices, que saben perdonar, que obran con Espíritu.
El amor de Dios rompe con la opresión y con la esclavitud. En este Amor se manifiesta la plenitud de la alianza que establece Dios con el hombre.
Otros textos: Isaías 55, 6 - 9. 2 Crónicas 15, 2- 4. Sabiduría 6, 12 -13. Deuteronomio 4, 29 - 31. Amós 5, 4 - 5.
Estamos llamados a ser libres. Quien ama es libre, quien no ama es un esclavo. Por eso debemos vivir según el Espíritu. El dolor, los problemas, las enfermedades, son consecuencias de la falta de amor. La falta de amor nos hace celosos, envidiosos, débiles, quejumbrosos, chismosos, todas esas cosas son la Babilonia que nos esclaviza y nos somete al sufrimiento.
El amor de Dios es la fuerza de la vida. El hombre es plenamente hombre cuando ama. Amar es ser invadido por el amor Trinitario, y no hay amor verdadero sin oración.
Dios te ama como Padre amoroso, de manera personal e incondicional: "No tengas miedo, te he llamado por tu nombre, eres mío, vales mucho para mí. Te aprecio y te amo. No temas, que yo estoy contigo." Isaías 43, 1 -5.
Es eterno su amor y su fidelidad dura por siempre. Y en María, tu Madre amorosa, descubres el rostro maternal de Dios.
Pregúntate ahora: ¿Qué me impide experimentar el amor de Dios?.
PCR.
Imperios externos:
El dios dinero, los reinos o naciones que invaden a otros, como los asirios, los persas, los babilonios, los romanos, los ingleses, los Estados Unidos, etc.
Imperios internos:
Los vicios, las debilidades, la lujuria, el egoísmo, la vanidad y el yo falso, la vieja naturaleza.
YO SÉ LOS PLANES QUE TENGO PARA USTEDES, PLANES PARA SU BIENESTAR Y NO PARA SU MAL, A FIN DE DARLES UN FUTURO LLENO DE ESPERANZA.
YO, EL SEÑOR LO AFIRMO. ENTONCES USTEDES ME INVOCARÁN, Y VENDRÁN A MÍ EN ORACIÓN Y YO LOS ESCUCHARÉ.
ME BUSCARÁN Y ME ENCONTRARÁN PORQUE ME BUSCARÁN DE TODO CORAZÓN.
Jeremías es escogido para hablarle a un pueblo que había desobedecido.
La época en que vive Jeremías (627 al 587 a. C.) es un momento trájico para Judá: Babilonia surge como una gran potencia y poco a poco va dominando las tierras y pueblos que se encuentra a su paso. Egipto teme la amenaza Babilónica y procura utilizar a Judá como un tapón que ayude a bloquear la invasión de Babilonia sobre su territorio. Judá es un torbellino político. Y en esas circunstancias surge la voz del profeta Jeremías para hacer escuchar la voz de Yahvé.
Entre el capítulo 23 al 30, el anuncio es esperanzador: Dios visitará al pueblo en medio del dominio Babilónico para hacer cumplir su promesa: promesa de restauración, de libertad, de amor sobre su pueblo elegido. Los pensamientos de Dios sobre su pueblo son de paz y no de desgracia. Le recuerda a su pueblo que en él está la esperanza de su porvenir. El pueblo invocará a Yahvé, y Él en su infinita misericordia y amor le responderá, lo invocará y lo encontrará.
Debemos descubrir y encontrar en nuestra vida a Dios, pero no un Dios de los que creen en un Dios castigador, opresor, dictador. Es necesario tener la experiencia de Dios que es Amor, Dios que es misericordioso. De ahí que Dios hace hombres y mujeres verdaderos, que aman, que viven felices, que saben perdonar, que obran con Espíritu.
El amor de Dios rompe con la opresión y con la esclavitud. En este Amor se manifiesta la plenitud de la alianza que establece Dios con el hombre.
Otros textos: Isaías 55, 6 - 9. 2 Crónicas 15, 2- 4. Sabiduría 6, 12 -13. Deuteronomio 4, 29 - 31. Amós 5, 4 - 5.
Estamos llamados a ser libres. Quien ama es libre, quien no ama es un esclavo. Por eso debemos vivir según el Espíritu. El dolor, los problemas, las enfermedades, son consecuencias de la falta de amor. La falta de amor nos hace celosos, envidiosos, débiles, quejumbrosos, chismosos, todas esas cosas son la Babilonia que nos esclaviza y nos somete al sufrimiento.
El amor de Dios es la fuerza de la vida. El hombre es plenamente hombre cuando ama. Amar es ser invadido por el amor Trinitario, y no hay amor verdadero sin oración.
Dios te ama como Padre amoroso, de manera personal e incondicional: "No tengas miedo, te he llamado por tu nombre, eres mío, vales mucho para mí. Te aprecio y te amo. No temas, que yo estoy contigo." Isaías 43, 1 -5.
Es eterno su amor y su fidelidad dura por siempre. Y en María, tu Madre amorosa, descubres el rostro maternal de Dios.
Pregúntate ahora: ¿Qué me impide experimentar el amor de Dios?.
PCR.
Imperios externos:
El dios dinero, los reinos o naciones que invaden a otros, como los asirios, los persas, los babilonios, los romanos, los ingleses, los Estados Unidos, etc.
Imperios internos:
Los vicios, las debilidades, la lujuria, el egoísmo, la vanidad y el yo falso, la vieja naturaleza.
miércoles, 7 de abril de 2010
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