De esta manera Él ratificó el pacto. Ese pacto fue firmado y sellado con anterioridad, y en todas las cosas fue bien ordenado, pero cuando Cristo dijo: "Consumado es," entonces el pacto fue asegurado doblemente; cuando la sangre del corazón de Cristo salpicó el rollo divino, ya no se podría revertir nunca, ni ninguna de sus ordenanzas podría ser quebrantada, ni ninguna de sus estipulaciones podría fallar.
Es el "Yo haré," de Dios, y por consiguiente "ellos harán." "Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros." "Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias." "El día que os limpie de todas vuestras iniquidades." "Les haré andar por sendas que no habían conocido." "Y yo también te haré volver."