La imagen va acompañada de la semejanza dándole énfasis y precisión, no puede ir la una sin la otra, puesto que la imagen debe corresponder al modelo original, debe ser semejante en su espiritualidad.
Con esta imagen y semejanza, el hombre tiene una misión: dominar el mundo.
Dios le confirió poder al hombre, ha sido puesto como signo de la majestad divina, es decir, es el representante de Dios. Tiene la responsabilidad de dar a la creación una relación con Dios. La creatura va hacia Dios, además de provenir de Él.