miércoles, 1 de febrero de 2012

ESENCIA DEL PECADO

¿Al caer el hombre y ser expulsado del Edén, no podía pedir perdón, arrepentirse y volver de nuevo a renovar el pacto con Dios?

¿Cómo llevaba el hombre la imagen y semejanza cuando salió del Edén? Por un lado el hombre había perdido la semejanza y su imagen estaba degenerada, y por otro lado, había una deuda que debía pagarse; el pecado tenía que ser castigado.

La falta grande (aunque Dios lo perdonó), consistió en que la santidad de Dios era la que había sido ofendida, la criatura finita ofendió al ser trascendente, a Dios que es infinito. Así que, frente a esta magnitud de la falta, el hombre quedó insolvente y no podía pagar. La falta que cometió no fue contra un semejante y de su misma naturaleza, sino contra la naturaleza de Dios, contra el ser infinito; por lo tanto, la deuda se convirtió en infinita.

Frente a esta situación, como la deuda era infinita ninguna criatura (ángeles o animal puro) podía pagarla por ser de condición de criatura. La Biblia dice que la paga del pecado es la muerte ¿y si el hombre hubiera dicho que pagaba la deuda con su muerte, hubiera podido hacerlo?

No se hubiera levantado de la tumba así que, se necesitaba uno de la misma naturaleza infinita para que pudiera pagar por el hombre, sufrir los rigores de la muerte eterna, rescatar al hombre y levantarse de la tumba. Por ello no había otro que pudiera hacerlo sino Dios mismo y el Padre nombra a su propio Hijo, que era semejante a Él.

Esa era la única solución.

Pero Dios no lo envío de una vez, se necesitaba que el hombre viera la dimensión de la falta y las graves consecuencias del pecado, para que pudiera comprender el sacrificio de Jesús.