El juramento, el pacto, y la sangre, fijaron con firmeza el lugar de habitación de los redimidos, hicieron suyas sus mansiones de manera segura y eterna, y ordenaron que sus pies estuvieran firmes sobre la roca.
Consumado es." Cristo ha sufrido todos los dolores que Dios exige; toda la satisfacción que demanda la ley por medio de la agonía de la carne, Cristo ya la ha sufrido. "¡Consumado es!". Dios no pide ni acepta ningún otro sacrificio que el que Cristo ofreció de una vez por todas sobre la cruz, ahora que aceptamos su sacrificio nos constituimos en hijos de Dios. Preguntamos: y si somos hijos de Dios ¿cuál es nuestra responsabilidad con nosotros mismos, con los otros y con el mundo? (después de socializar, finalizamos diciendo):